Naturaleza al detalle.
Laura Rodríguez Ferreiro
Las alas de las mariposas permanecen recubiertas por unas estructuras epidérmicas modificadas llamadas escamas, que dan nombre al orden de dichos animales: lepidópteros (lepis=escama, pteron=ala). Estas protegen la estructura del ala y mejoran el vuelo. Además, presentan unas células con propiedades físico-químicas que permiten su coloración y que durante el desarrollo adquieren la capacidad de sintetizar y depositar pigmentos específicamente en cada zona del ala, e incluso, modificar su aspecto, dando lugar a la formación de nanoestructuras repetitivas que le otorgan propiedades ópticas. Las alas de estos animales pueden poseer diversos colores con funciones muy variadas, como por ejemplo: fusión con el hábitat, cortejo, advertir un sabor desagradable o confundir, respecto a su tamaño real, a sus depredadores. En está fotografía, tomada en el Mariposario de Benalmádena, aparece capturada Papilio memnon, una especia típica de Australasia.