Portulano de Jorge Reinel
Ms. Res. Ge AA564. Bibliothèque nationale de France. ca. 1519 (Otto Progel, 1836)
Esta carta tiene una sorprendente historia. Estuvo custodiada en la Bayerische Armeebibliothek de Munich, a donde llegó procedente de la Wehrkreisbüchrei de la misma ciudad, hasta su desaparición de este establecimiento a finales de la segunda guerra mundial. Se trata de un manuscrito sobre pergamino de medidas 634 x 1277 milímetros. Tiene pérdida de un fragmento de forma triangular, en el lado inferior izquierdo, que afecta parcialmente a una de las leyendas incluidas en filacteria y bajo la cual podría haber estado rotulado el nombre del autor. Allí fue objeto de estudio por diversos especialistas, algunos de los cuales centraron sus investigaciones en la parte americana del planisferio. En 1836 Otto Progel hacía una copia manuscrita de varios portulanos de la colección de la Armeebibliothek, entre los que se encontraba el de Jorge Reinel.
Otto Progel (Alemania, 1815-1887) es el autor de los cuatro facsímiles de portulanos originales de la Bayerische Armeebibliothek de Munich, actualmente en la Bibliothéque Nationale de France tras haber pertenecido a la colección de Michel Hénin, persona que encargó las copias. El establecimiento francés los adquirió por compra el 30 de diciembre de 1843. Del portulano de Jorge Reinel realizó una copia sobre pergamino al mismo tamaño en 1836, que en la actualidad se conserva con signatura Ge AA 564 (RES). Tras la desaparición del original de Reinel, es la única reproducción que queda junto con las imágenes fotográficas que del original publicó, primero en blanco y negro, Armando Cortesao en su obra Cartografia e cartografos portugueses dos séculos XV e XVI (Vol. II, lámina V) y posteriormente el mismo Cortesao junto a Texeira da Mota, en la lámina 12 del primer volumen de los Portugaliae monumenta cartographica, en sepia procedente de un negativo en color.
Los Reinel o (en portugués) Reineis, Pedro y Jorge –padre e hijo– cartógrafos originarios de Sierra Leona, son autores de nueve cartas y están considerados como los más grandes cartógrafos portugueses del siglo XVI. Jorge es autor en solitario de tres. Ejecutó esta carta en la Casa de la Contratación. Parece que su llegada a Sevilla está relacionada con una reyerta con el clérigo Pedro Anes en Lisboa, de donde tuvo que huir recalando en la capital del Guadalquivir. De alguna manera desconocida, terminó al servicio de la Casa de la Contratación.
Este planisferio es una carta plana que representa el mundo conocido en ese momento, desde el límite norte de la costa oriental china hasta el archipiélago de las islas menores del mar de la Sonda, al sur. La innovación es representar a las Molucas en el lado más occidental del portulano. El diseño del continente americano es muy incompleto, pero incorpora los descubrimientos más recientes realizados por los españoles. La decoración es especialmente intensa en el interior del continente africano y la representación de la costa oriental de China es asombrosamente perfecta. Los Reinel fueron los primeros en representar en un portulano de forma detallada los mares de Java y de la Sonda y las Molucas. También es la primera carta realizada por un portugués que incorpora el ecuador graduado.
La cartografía ocupa los dos tercios orientales de la superficie, de forma que el tercio final de la misma, hacia el oeste, estaría prácticamente vacío, si no fuese por las rosas de los vientos decoradas que ocupan esa posición. El planisferio tiene rotulados 295 topónimos referentes a los continentes y territorios insulares, escritos mayoritariamente en rojo, el resto en negro. Catorce naves de diferente tipo, preciosista y minuciosamente dibujadas, surcan los océanos y mares del planisferio. Es posible observar detalles como el timón, la estructura de los castillos de proa y popa, el número de ventanas que hay en ellos, la arboladura de los navíos, las velas que cargan, el modo de navegación. Se puede incluso establecer la tipología de las naos, y diferenciar entre galeón, carabela, carabela redonda y galera. Entre ellas es particularmente llamativo el galeón que la tempestad destroza en su navegación por el Cabo de las tormentas, y que aparece representado en el momento en que rompe la parte superior del palo mayor, en el que cuelga de la verga el trapo de la vela cuadra destrozado por la violencia del temporal.