En esta representación del campo de batalla hay dos partes claramente diferenciadas: a la izquierda, en primer plano, la élite del ejército, compuesta por unos oficiales a caballo que conversan y señalan el enfrentamiento cuerpo a cuerpo que se desarrolla en el segundo plano, donde reina el desorden y la violencia con la que se acometen ambas facciones.
La agitación y violencia se manifiestan entre los que luchan a sablazos. La Guerra de la Independencia supuso un cambio sustancial en la manera de combatir y en el arte militar, entendido como el conjunto de normas que regían los enfrentamientos de los ejércitos regulares. Esto se debió, en primer lugar, a los diferentes contigentes que integraban la milicia napoleónica (alemanes, polacos, franceses, mamelucos, etc.) y, sobre todo, a las fuerzas de oposición entre los españoles en las que se implicaron muchos paisanos, ajenos al arte militar.