Enterrar y callar
Aguafuerte y punta seca (132 x 197 mm.)
En esta obra Goya muestra la desolación de esas tierras pobladas de cadáveres abandonados a su suerte. Esta imagen suscita, además, la idea del silencio frente al bullicio de otros grabados en los que imaginamos el ruido, los gritos y la agitación propia de la contienda. Dos personajes que se recortan sobre el fondo observan el macabro espectáculo que ha dejado tras de sí la guerra: cadáveres desnudos.
Goya dibuja con esmero los cuerpos desnudos, trabaja con precisión la musculatura y las posturas de los cuerpos inertes pero, aunque los cadáveres tienen las bocas abiertas, ya no pueden gritar o quejarse. De la misma manera quienes los observan tampoco tienen nada que decir, tan solo les queda enterrar y callar.